lunes, 18 de marzo de 2013

“No te hagas notar. Hoy no, hoy no…”


Luz. Aquella extraña presencia, aquel extraño material que Barcelona sabía tan bien mostrar. Entre balcones se asomaba esa tierna luz que hacía sonreír a más de un viandante. En lugares recónditos donde podías encontrar gente variopinta con diferentes filosofías y creencias pero que, sin duda, podrías aprender mucho de ellos. Ropajes de todos los tamaños y colores, de todos los estilos y épocas.  Algunos soñaban con trasladarse a otras épocas. Otros pensaban que aquella era la mejor época para haber nacido. Por nada del mundo querrían regresar al pasado o viajar al futuro. Aunque algunos tuvieran la posibilidad.

Y mientras tanto, temía a perder todos esos momentos. Temía a perder todas esas sonrisas, también esas lágrimas, esos instantes azules. Esa esencia que compartíamos, que hacía de nuestras vidas arte y pasión. Y miradas, muchas miradas. Mientras tocábamos la guitarra, hacías que el tiempo no existiera. Hacías que nos olvidáramos de todos los problemas más trascendentales que durante siglos hombres de diferentes condiciones habían tenido.

Y pensaba… y quería dejar de temer. Anhelaba con todas mis fuerzas dejar de tener miedo. Desde siempre había tenido miedo a muchas cosas. Pero por circunstancias de la vida llega un momento (tu momento) en el que sabes que debes dejar de tener miedo. Yo quería aprender a no tener miedo. Y, de alguna manera, aquel alguien, en aquel momento determinado, empezó a ayudarme poco a poco.


1 comentario:

  1. Me ha encantado, esa síntesis. Y he pensado en 'Medianoche en París', cuando hablan en qué época les hubiese gustado vivir...

    Por un lado, me gusta ver que te resignas a la madurez, y por otro, espero que nunca dejes de soñar y amar...

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