viernes, 3 de septiembre de 2010


Querida Martha,

¿Cómo te va por Vancouver?
¿Cómo te fueron los exámenes finales? Por lo que me dijiste, ¡seguro que has aprobado con nota!
Me alegra verte tan feliz, ver que uno de tus grandes sueños se ha cumplido. Es estupendo.

Dave no para de preguntar por ti. Y siempre le contesto lo mismo: ¿Es que no has hablado con ella? Y siempre me contesta que sí, pero quiere saber qué me cuentas tú sobre él. Está MUY colgado. Por ti, naturalmente.
Por aquí todo sigue igual. Llegué de Barcelona el martes. Hicimos una fiesta de despedida, para todos los viajeros. ¡Me lo pasé en grande! La fiesta acabó en la playa a la hora del alba. Fue precioso. No sabía que los amaneceres cambiaban según el país donde estuvieras. Parece extraño, ¿verdad? En todas partes sale el mismo sol. Pero lo hace de distintas formas. Porque, en gran parte, depende de la compañía. Estuvo todo el mundo, incluido él. Él… Lo eché de menos esa misma mañana. Y esa noche, con él, fue mágico. Fueron unos momentos en que hablamos, nos miramos todo el rato... Me dijo que el invierno que viene seguramente se irá a Viena, su ciudad natal, para acabar los estudios. “¿Pero el verano que viene aún estarás aquí, no?” le pregunté. Me dijo que sí. Eso me alivió, y a la vez, me asustó.
Pero me arrepiento de una cosa. Me arrepiento de no haberle dicho que lo echaré mucho de menos, que me encanta su timidez extrema, que me fascina el misterio que encierra sus ojos, que la primera noche que nos conocimos fue mi luz en unos momentos de oscuridad, que somos iguales en muchas cosas, pero que me encanta que opinemos diferente en otros asuntos, que me gustaría mucho ir a ver los inviernos nevados que a él le gustan en Austria, que me encantaría que fuera él quien me enseñara a ir en skate, que me encanta su chaqueta (oh, ¡pero qué chaqueta!). Me arrepiento de no haberle dicho que le quiero. Pero todo esto no te lo debería estar diciendo a ti... Se lo tendría que haber dicho a él.
Y… no sé si son cosas mías, pero creo que él también quiso decirme algo. No sé sobre qué, pero sus ojos revelaron que esos labios tenían algo que decirme.

No sé. Todo el mundo sabe que los amores de verano son solo eso, de verano. Pero esta vez… no voy a hacer caso de los tópicos. Esta vez no. Además… siempre te estoy dando el mismo consejo. Y sí… lo admito: esta vez debería haberme hecho caso. Pero no lo hice. El Carpe diem. Aprovecha el momento. Porque como me dijo una vez una buena amiga: “Es mejor arrepentirte de una cosa que has hecho que no de una que no has hecho”.

En fin, te dejo. Seguro que estás muy liada entre las clases, los exámenes, y los nuevos amigos que has hecho. Espero que te vaya genial en esta recta final. Tengo un montón de ganas de verte, y de hacer nuestras quedadas semanales.

Muchos besos.
Te quiere,
Tu mejor amiga, desde la humilde ciudad de París.




Segundo texto en el blog. El verano ha ido muy bien. He conocido a gente nueva, he vuelto a ver a gente que hacía tiempo que no veía. He revivido nuevas sensaciones y emociones que pensaba que no iba a volver a vivir. Y ahora toca echar de menos todos estos momentos hasta el verano que viene.
También he escrito y he hecho un montón de fotos, pero no he publicado nada. Hasta hoy.